lunes, 14 de abril de 2014

La glutamina en las enfermedades graves

Como hemos visto anteriormente, la respuesta metabólica al estrés y en particular a la infección, puede producir una disrupción de la homeostasis de la glutamina. Esto se ve favorecido por la existencia de un estado nutricional pobre y el uso de corticoides, así como del ayuno al que puede verse sometido un paciente con una enfermedad grave. 

Se ha demostrado que la concentración de glutamina disminuye tras la cirugía, la sepsis, así como un trauma mayor o una quemadura grave. Esta disminución en los niveles plasmáticos se ha relacionado con un aumento de mortalidad.

La glutamina es un sustrato energético indispensable para los linfocitos y los macrófagos. La actividad fagocítica aumenta de forma dosis-dependiente en cuanto a la administración de glutamina y mejora la apoptosis. Este efecto dosis-dependiente aparece también cuando se mide la expresión de HSP. Diversos estudios han demostrado que la toma de glutamina mejora la funcionalidad de los linfocitos y su respuesta después de un trasplante de médula ósea. La glutamina tiene una actividad muy parecida en la mucosa intestinal y en el tejido linfoide asociado. Estudios han demostrado que los niveles bajos de glutamina están asociado con un aumento de la permeabilidad intestinal y un deterioro en la estructura microscópica de la mucosa.

De la misma manera, la taurina depende de los niveles plasmáticos de glutamina y de su administración, lo que los normaliza. La taurina desempeña un importante papel en la captación de oxidantes clorados y presenta un efecto osmorregulador celular. La lesión intestinal por isquemia aparece con frecuencia en situaciones clínicamente graves, tras un shock de cualquier etiología, lo que repercute en el trauma y las grandes quemaduras. Así mismo sucede tras la cirugía. La administración de glutamina puede mejorar la capacidad de defensa contra los radicales libres de oxígeno e incluso inhibe la expresión de la sintetasa de óxido nítrico inducible, aunque los diversos estudios experimentales han revelado datos contradictorios.


Se ha asociado también la administración de glutamina con un control mejor de la glucemia mediada por insulina. La glutamina es uno de los sustratos primordiales para la neoglucogénesis en el intestino, el hígado y el riñón. Parece ser que las personas que se administran glutamina mejoran la sensibilidad a la insulina y suprimen la neoglucogénesis intestinal. Estos hallazgos son por el momento limitados y no permiten determinar aún la eficacia real de la glutamina sobre la resistencia a la insulina.